En Ecuador se aproxima que el 50% de la población posee menos de 25 años de edad esto quiere decir que la mitad de nuestro país está conformado por mentes nuevas con capacidad de aportar ideas revolucionarias a la sociedad.
Pero muchas veces esto no es posible debido a la constante lucha en la que se encuentran los jóvenes contra la exclusión de sus opiniones e ideas y la falta de apoyo en partes fundamentales como los hogares y el Estado. El primer impulso se consigue en el hogar mediante el apoyo de familiares que inculquen al joven valores, hábitos de estudio y sus responsabilidades como ciudadanos. El Estado es quien debe complementar este proceso mediante el fomento de la educación y la creación de consejos juveniles, federaciones o grupos en los cuales se impulse el desarrollo no solo intelectual si no también el de forma líderes sociales libres de expresar sus ideas y ayuden al fortalecimiento del país.