Tristemente, el fútbol profesional, desde hace más de una década, se convirtió del juego bonito y gustoso en uno muy lucrativo, en el cual el dinero está como principal objetivo. Por ejemplo, el costo de un jugador o de un equipo de élite y un resultado quizás pueda dar salud, educación y alimentación a un país entero. Ya se ha venido comentando que varias decisiones de federaciones de fútbol, pequeñas, grandes, muy grandes, internacionales, etc., son influidas y aceptadas por pagos y otras prebendas, como viajes, hoteles y otras cosas.
Nadie se atrevía a denunciar porque prácticamente es controlado esto por seudodirigentes deportivos que pueden chantajear y utilizar medios violentos ante una denuncia. Los recientes hechos que se incluyen en la investigación del FBI a la FIFA y que involucrarían a países latinoamericanos también son vergonzosos. Como en otros países, nuestras autoridades deben investigar seriamente lo que ya circula en redes sociales respecto a la Federación Ecuatoriana e incluso el dinero por compra de derechos de transmisión de fútbol por parte de un exclusivo grupo de canales de televisión. Ojalá volvamos al juego bonito que nos divirtió tanto.