Después de ver el evento, para festejar la investidura del presidente Correa de su nuevo periodo, me impresionó el profesionalismo, talento artístico del show y escenario del acto, resaltando la belleza de nuestra música nacional con el fondo de cuatro orquestas sinfónicas que acompañaban a los cantantes nacionales, ovacionados frenéticamente.
Entonces pregunto: ¿por qué tanta discriminación al artista nacional, si tenemos talento y no se lo apoya para que se superen? La TV con programas que publicitan a artistas extranjeros, que ahora se atropellan por venir actuar, por el bienestar económico que goza nuestra patria. Al final de sus retahílas de canciones, adulan a los ingenuos fans: te quiero Ecuador, te quiero mucho y besos volados, embriagan a fanáticos que se desgañitan y desmallan con gritos apasionados por el amor demostrado por su cantante favorito.
Pero que embolsican miles de dólares por cantos estridentes y movimientos raros… durante tres horas que dura el acto y como si tuvieran bajo efecto de una droga. Dejándolos a sus fans, con los bolsillos vacíos y sin un centavito, ni para tomarse una agüita con café.