El ‘fracking’ y el Ecuador

La innovación es la puesta en práctica de ideas disruptivas que pueden llegar a alterar las relaciones de poder económico y político. Tal es el caso de una técnica geopetroquímica llamada ‘fracking’, con la cual EE.UU. ha alterado de forma dramática y amenazante los precios de combustibles fósiles.

Esto es especialmente cierto para países ajenos a la innovación, como Ecuador. Si bien los precios están influenciados por variedad de factores, es la relación entre demanda y oferta el determinante. El ‘fracking’ no ha hecho más que alterar inusual e inesperadamente esta relación. Pero el ‘fracking’ es también ejemplo dramático de la importancia que tiene la innovación en el destino de las naciones, especialmente cuando esta es producto de una relación funcional entre industria y conocimiento.

George P. Mitchell, el padre del ‘fracking’, tenía un gusto especial por la innovación y facilitó la incubación de ideas peligrosas y transgresoras entre sus empleados más brillantes, dando como resultado el actual panorama económico que marcará el destino de Ecuador para las siguientes décadas.

Mientras tanto, Ecuador está ubicado en el puesto 119 de un total de 141 naciones en el ranking global de innovación del año 2015, establecido por la Organización Mundial de Propiedad Intelectual y la Universidad de Cornell. Estamos 74 puestos por debajo de Colombia, 70 menos que Perú y 40 de Bolivia. Somos pésimos innovadores.  

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