¿Qué hacen los jóvenes, qué hacen las universidades, los colegios?
Aquí no tenemos una Escuela Política, como sí lo tiene en muchos países. Allí se educan a las élites políticas que gobernarán el país, que dirigirán la política, que enseñarán la filosofía de la educación, de las distintas tendencias filosóficas, que aprendan materias y las leyes de los países, su historia, su geografía, su geopolítica, de manera que se preparen para poder orientar el país hacia el éxito: con honor, honradez, valor, dignidad y conciencia del bien común. ¡Por Dios que ya no se den más “palos de ciego” en nuestra política!
Los principios filosóficos son necesarios, no las picardías, los sofismas. Las bases de un conocimiento social del país y su comportamiento, ¿quién la estudia? Se debe buscar ejemplos vivos del bien, no del mal. Deben ser estos responsables, morales cultos y con conocimientos universales. Estamos hartos de improvisaciones, de personas que quieren inventar el “agua tibia”.