La fiesta se prende y comenzamos a celebrar a nuestro querido Quito. Pero ¿qué tan tradicionales somos ahora los quiteños? Nos hemos dejado influenciar por otras culturas ajenas, hemos dejado que se pierda nuestra identidad, ahora el materialismo y el consumismo de la gente se ha dejado llevar por otras atracciones ajenas a la esencia de la ciudad.
Es verdad, las fiestas se prenden pero ¿qué tan quiteños nos sentimos al celebrarlas como un signo de lo que somos como ciudad y lo que representamos ante un país y el mundo entero? Cierto es que aún hay actividades típicas de nuestro Quito antiguo como jugar 40, los coches de madera, las comidas típicas, ¿pero sentimos esa esencia de saber que nuestra ciudad lleva en sus entrañas historia, patrimonio y una cultura?
No es solo el hecho de decir: Quito, Patrimonio de la Humanidad, sino de irlo forjando día a día y que no solo quede en las fiestas sino todo el año. Por ello debemos rescatar la querida identidad de sentirse quiteños de corazón.