El femicidio, está calando en la familia, sociedad y el Estado como una peste que cubre los hogares del país en forma silenciosa; el Estado cree que con hacer leyes inicuas, puede combatir un mal del alma. Las víctimas dejan de sufrir con la muerte, pero esas madres dejan huérfanos.
La violencia doméstica, intrafamiliar, ha nublado la mente de los que dicen representar a la sociedad, tomando decisiones que abrazan el patrimonio de una nación, la familia y con ello la de sus hijos; pero, no avizoran los tiempos de oscuridad que nublan la mente y el espíritu del hombre, hundiéndole envés de sacarle a flote.
Esmeraldas, Guayas, Manabí, Pichincha, y otras provincias en menor porcentaje aportan todos los días a un delito llamado femicidio o de violencia intrafamiliar… del 2014 al 2019- 371 muertes por femicidio a nivel nacional; …Y con ello más abandonados.
El Gobierno dijo que mediante decreto ejecutivo se indemnizará a los huérfanos, como si la madre muerta tuviera un precio económico… así se quiere sustituir el dolor perpetuo para ese niño/ niña.
El Estado no toma la responsabilidad con seriedad y deja, que los otros hagan lo que la trilogía: familia sociedad y Estado debieran estar construyendo normas para vivir en una sociedad con respeto, amor y comprensión.