Todos los lunes me nutro del contenido enriquecedor de sus artículos; los mismos que abordan con excelsitud temas inherentes al comportamiento del ser humano, en el ámbito político, económico, social, cultural, etc. La singularidad propia de su estilo al proporcionarle a cada artículo, ese matiz filosófico, hace que quien los lea sientan una fascinación casi religiosa, sus mensajes profundos, la claridad de sus cuestionamientos hacia una conducta individualista, egocentrista y materialista que impera en la sociedad, hacen reflexionar y meditar acerca de valores y principios que se han ido perdiendo. Su valía como hombre de letras y abnegado defensor de la cultura, debe tornarse más visible, para que sus mensajes tengan mayor difusión no solamente entre los lectores.