Me ha causado verdadera indignación el artículo ‘¿Familia alternativa?’ de Miguel Macías Carmigniani.
Primero, quisiera saber qué potestad tiene un sacerdote para calificar algo de ‘estado psíquico anormal’. ¿Habrá estudiado psiquiatría acaso? ¿Y qué se habrá pasado por la cabeza del Sr. Macías para citar dicho calificativo hacia la homosexualidad y encima, darle la razón?
El hecho de que los jóvenes puedan ver la homosexualidad como algo normal sería digno de festejo; pues en estos momentos, lo mejor que podría pasarnos es que nuestros futuros adultos aprendan a respetar la diversidad y a convivir con ella.
Por otro lado, lo que me parece aberrante, inconcebible y repugnante, usando las palabras del Sr. Macías, es que alguien, con la responsabilidad que le da el ser leído por tantos, cometa la insensatez de fomentar con sus palabras la violencia y el odio.