El eslogan del Gobierno “que no nos roben la esperanza” valdría aplicarlo a los manabitas, que seguimos esperando por obras.
Ahora este Gobierno nos ha robado la esperanza que teníamos en el desarrollo de Manta, el único puerto natural del Ecuador.
Escogieron Posorja, donde se va a invertir mas de mil millones de dólares. Aunque digan que es inversión privada, por la situación económica que sufre el país, es una burla a los ecuatorianos que si necesitamos inversión, pero no obras faraónicas.
Se contradice el Presidente cuando dice que los socialcristianos en Guayaquil se oponen al desarrollo del Puerto de Manta. La verdad es que todas las decisiones vienen de las altas esferas del poder. ¿Que nos roben todo menos la esperanza? ¡Hace tiempo que la perdimos!