Países de extrema pobreza y la de extrema riqueza, tienen el mismo final, terminan degenerando, si no se controla. Ambas afectan la aptitud de la persona, psicológica y moralmente. El pobre roba, secuestra, asesina, prostituye y se droga para transportarse a un mundo incierto para mitigar el hambre y su miseria.
El rico que todo lo tiene en exceso, lo convierte en caníbal, psicópata que mata a personas sin respetar colegios, templos o cinemas. Supuestamente por su riqueza a pesar de su tecnología, control policial, leyes las más severa del mundo.
Personajes con actitudes artística y deportiva, adictas a las drogas, prostituidas y otros vicios. Son ídolos e íconos que al morir le rinden pleitesía y hasta lo veneran.
Ecuador aún es un paraíso, donde recién brota la delincuencia, el tráfico de droga, el secuestro, sicariato, etc. Pero un cuerpo policial eficiente que la combate. Es necesaria la colaboración de medios de comunicación, especial la TV. Que exhiben programas que inciden en el comportamiento de niños y adultos.
La solución es ser justo con el prójimo y no ser avaro. “El mundo se ha convertido en una nueva Sodoma y Gomorra, pero con tecnología de punta”.