Al parecer ya es definitiva la expropiación de la clínica privada San Francisco de Quito por parte del Estado, a través del Ministerio de Salud, cuyo plazo está fijado para el 29 de diciembre de este año, según nos revela el Dr. Patricio Canelos, su actual gerente, y se entregará al Hospital Baca Ortiz. Está en discusión el precio justo que se debería pagar y el compromiso del MSP de absorber al cuadro técnico, médicos, enfermeras, auxiliares, personal administrativo y de servicios generales que quedarían cesantes y que suman un total de 80 personas que laboran directamente, y 160 de relación indirecta.
En este grupo de profesionales no hay sino dos o tres pediatras que se sumarían a los que tiene el Baca Ortiz, los demás deberían ser ubicados en otros establecimientos oficiales. El destino que se daría al edificio es para instalar ahí la Consulta Externa del Hospital de Niños Baca Ortiz, desde luego, una idea loable, pero que una vez que se visita las instalaciones de dicha clínica se puede observar que no son las apropiadas para ese objetivo, motivo por el cual se tendría que planificar un sinnúmero de adecuaciones que permita la fluidez de la atención y la comodidad adecuada para los niños enfermos, sus padres y familiares; sería talvez más conveniente construir un edificio moderno y de acuerdo con la nueva tecnología hospitalaria en los terrenos sobrantes que tiene el hospital o adquirir el edificio cercano e incautado por el SRI que está desocupado y que pudiera adaptarse para tal objeto. La salud infantil es lo más preciado y el Estado tiene la obligación de hacer todos los esfuerzos posibles por la protección de estos pequeños.