Para que continúe el desarrollo de los sectores productivos que son los que dan trabajo y estabilidad a la mayoría de ecuatorianos, es indispensable que primen las garantías necesarias frente a los intereses de grupos particulares.
Si un negocio o actividad realiza sus actividades de manera lícita y responsable, cumpliendo lo que la legislación ordena, ¿por qué insistir en colocar trabas y limitantes? Irónicamente los sectores que sostienen la economía nacional como el petróleo, minería y pesca han sido los más golpeados por estas zancadillas al crecimiento, al esfuerzo, a la dedicación y a la lucha de años, porque nada se construye de un día para otro.
Se debe entender que la cadena productiva es un engranaje y que desde las piedras se construyen los imperios, por lo tanto, nadie podrá coartar los derechos del obrero, del emprendedor y tampoco del empresario.
En el caso minero nacional que necesita varios proveedores de transporte, ambientales, de voladuras y explosivos, de maquinarias, de alimentación, de salud, etc, y todos están en la obligación de brindar servicios y garantías necesarias si quieren estar calificados para este próspero sector; ni el Estado, ni los militares, ni gremios, ni colectivos, pueden pretender monopolizar y abastecer exclusivamente cualquier actividad, deslegitimando una sana competencia, el derecho al trabajo y el derecho a la libertad de empresa.
Es necesario hacer público un llamamiento a las autoridades para que no explote la seguridad jurídica, ya que todos estamos moviendo el engranaje para sacar adelante el país, quienes cumplimos la Ley, decimos No a los obstáculos que muchas veces desde arriba se quieren imponer a las empresas formales y decimos sí a controlar toda ilegalidad.