Saludo su artículo “¿Familia alternativa?”, por ser una concretización de la libertad que tenemos para expresar nuestras opiniones e ideas. Disiento profundamente de los comentarios groseros y bajos que ciertos lectores suyos han proferido en el sitio web de EL COMERCIO.
Las páginas de un diario expresan el estado en el que se encuentra una nación y su artículo es un reflejo claro del Ecuador más profundo.
Asimismo, le invito a ver un video de la sesión estatal en la que se discute el matrimonio homosexual en el Estado de Iowa, Estados Unidos. Se discuten aspectos muy interesantes que seguramente complejizarán el discurso que usted mantiene sobre el tema.
Le pido que se esfuerce un poco más en su uso del lenguaje. Aunque yo acepte y respete las anormalidades que usted comete con el lenguaje (estudio filología), usted tiene una responsabilidad no moral, pero sí profesional con sus lectores.
Entiendo también que usted tenga tendencias hacia las aberraciones lingüísticas, pero es mejor dejarlas lejos de las páginas públicas.
En su vida privada puede usar el idioma español tan mal como quiera, pero, en un diario (publicación ejemplar sobre el uso del lenguaje en una región), es mejor abstenerse.