La trayectoria del Ejército ecuatoriano es centenaria, fusionada con la historia del territorio de lo que hoy es Ecuador, de su gente, raíces y tradiciones. De la nación shyri quedaron nombres insignes: Píntag, Nasacota Puento, Epiclachima y Calicuchima; luego, con la unificación de la nación shyri con la inca, emergieron Atahualpa y Rumiñahui, victoriosos contra Huáscar en Quipaipán. En 1755 se creó la Compañía de Guardia del Presidente, las primeras tropas regulares, preámbulo al futuro ejército nacional. El 10 de agosto de 1809, luz para Quito y el continente, y también el inicio de un Ejército más estructurado. Pichincha y Tarqui dan fe del sacrificio, valentía y patriotismo del soldado.
Ya como república en 1830, al albor de la primera Carta Magna, se formaliza al Ejército como un ente constitucional. Luego, en el siglo XX, se resguarda la territorialidad en Paquisha, Mayaycu y Machinaza y en 1995 se logra el triunfo memorable e incuestionable en el Alto Cenepa. Ser soldado es historia, tradiciones, sangre derramada en bien de los ecuatorianos, holocausto a favor de la paz, la unión, la justicia y la verdad.
Siglos de vida, que seguirán vigentes en un Ejército que trabaja en bien de los más altos intereses nacionales, cuyos soldados continuarán entregando el alma con generosidad, valor, lealtad y profesionalismo.