Familiares y amigos suelen preguntarme las razones y motivaciones que tengo para escribir y enviar cartas a los periódicos. Estas son, entre otras, las siguientes:
Escribo por necesidad vital, como tomar agua, respirar y alimentarme.
Me encanta opinar sobre temas deportivos, culturales, políticos, sociales, etc.
Escribo para que no me olviden y como una forma de perennizarme.
Tengo esta manía desde que era muy joven. Supongo que tendré medio siglo de mandar cartas a la Dirección de los rotativos nacionales. Seguramente las cartas publicadas deben llegar a 3 mil epístolas. No descarto el sueño de ser contratado para mantener una columna semanal, en alguno de los diarios que acogen mis cartas. Y hacerlo sin pausa ni demora, hasta que llegue el día de partir a regiones ignotas y desconocidas. Para seguir escribiendo de esas dimensiones.