En una noche emotiva se encontraban dos personajes. Las elecciones hoy en día son un ejercicio democrático que provoca ansiedad dijo el joven Kratos. Un cóctel de Valium, por favor. Y sigamos con la cuenta, dijo Demos.
Te lo pondré fácil, dijo Kratos, mientras sacaba una calculadora. 32,74% + 19,74% es igual a 52, 46%, continuó. Quieres decir que el nulo no podrá ganar. Me temo que no, mi querido Demos.
Como ciudadana, me veo en la obligación de opinar sobre el voto nulo. Como joven, me veo en la obligación de hacer revolución por las generaciones actuales y venideras. Revolución significa cambio social indispensable en la estructura del poder, la mayoría de veces mal asociada con socialismo, y no es lo que pretendo con esta carta, sino más bien para decirles que hoy desde nuestra trinchera la mejor manera de hacer revolución es la del sufragio.
El voto es el mayor acto político de un ciudadano; el poder del voto consiste en la capacidad de elegir y participar; por lo tanto, es un derecho, deber y una responsabilidad que cada uno de nosotros tiene como parte de una estructura social. El poder político se logra con sufragios válidos, dijo Kratos. Y tras beber un sorbo de su cóctel, siguió educando a Demos.
El voto nulo es legítimo, pero no oportuno en este tiempo de incertidumbre, donde sentimos que nadie nos representa, pero esa oportunidad de demostrar nuestra inconformidad y aversión hacia la demagogia ya la tuvimos el 7 de febrero. Ya lo entiendo, dijo Demos; sobre exaltado, como si en aquel momento le aconteciera una epifanía.
Votar nulo significa disminuir el universo de votos válidos y favorecer la probabilidad del candidato con más porcentaje de la primera vuelta. ¡Querido lector! No podemos ocultar la realidad. La situación política es preocupante, necesitamos elegir. Un voto nulo hoy es antidemocrático, votar nulo significaría que como ciudadanos no tenemos la capacidad de decisión.
De nuestra capacidad de elección depende que el país sea gobernado por los que ya tuvieron oportunidad o favorecer la balanza hacia el candidato con el que se podrá objetar con un porcentaje mayor de legisladores que no pertenece a su bancada. Al terminar la velada, Demos se dirigió a la plaza donde sus coterráneos marchaban.