El Municipio exhibe grandes carteles que terminan con el enunciado: “Las mejores obras para la gente más linda del mundo”. La población agradece ser tomada en cuenta y espera el cumplimiento cabal de lo ofrecido. Se vence el plazo, se acaba el presupuesto, se marchitan las ilusiones. Los inconvenientes sufridos en tantos meses han sido en vano, el deterioro en calles y veredas revela una intervención fallida. Muchas familias no han accedido al servicio y ya se les cobra en las planillas mensuales el copago por el contrato, más el 38.6% por “alcantarillado”; en sus jardines están las acometidas, imposibles de conectar debido a los declives, que emanan efluvios nauseabundos y siguen pagando por el mantenimiento de sus pozos sépticos. Los dirigentes han presentado la queja y han recolectado firmas. Pasa mucho tiempo y nadie ofrece una solución.