Muchas veces nos preguntamos ¿cuál puede ser la clave del éxito? Generalmente no sabemos cómo responder esta pregunta y nos ponemos a reflexionar qué situaciones podrían motivar para que tengamos éxito en la vida, tanto material, como espiritual o simplemente tener una plena realización y complacencia. Pero, si profundizamos un poco más en nuestro interés por dilucidar esta situación, concluimos que lo que debe motivarnos hacia la conquista del éxito es sólo poner entusiasmo a las cosas que hacemos y lograr que las mismas sean realizadas de la mejor manera, con el mayor interés de conseguir que sean lo más perfectas posibles. Para lograr conseguir esa motivación de entusiasmo en lo que vamos a emprender será necesario por lo tanto que consideremos los siguientes aspectos: 1. Definir qué queremos hacer en la vida, que nos resulte placentero, útil, satisfactorio y beneficioso para nuestro futuro desenvolvimiento; 2. Iniciar lo que hayamos decidido hacer poniendo el mayor entusiasmo posible, pensando que nuestra vida tiene un período de permanencia; 3. Gozar y disfrutar de los logros alcanzados y no decaer en nuestro entusiasmo y 4. Sembrar un ejemplo de abnegación y madurez para demostrar que nada es imposible lograr, si nos ponemos objetivos concretos y con perseverancia y entusiasmo arribamos a la meta establecida. Ya lo decía Rubén Darío: No dejes apagar el entusiasmo, virtud tan valiosa como necesaria; trabaja, aspira, tiende siempre hacia la altura.