Después de la crisis financiera de 1999, en el Ecuador las personas empezaron a ser más cautelosas con su dinero en las entidades financieras. Con el surgimiento de las entidades financieras populares y solidarias gracias al nuevo sistema económico se ha dado paso a las cooperativas de ahorro y crédito que forman parte de este sistema, las cuales ofrecen préstamos o créditos a bajas tasas de intereses y con una mayor facilidad al momento de cargar los mismos.
¿Pero qué tan viable resulta colocar nuestra confianza en estas entidades? En los noticiarios se puede observar en ciertos casos que estas entidades tienen que cerrar sus puertas debido a la falta de solvencia, la cual es un efecto de la escasa experiencia de las personas que incursionan en este ámbito.
Para que empiecen a ganar credibilidad, debe existir una transparencia con respecto a las personas que están tras estas instituciones, ya que la información con la que cuentan las personas permite mayor confianza al momento de colocar los ingresos.
De igual manera debe existir una regulación eficaz sobre estas entidades para que no exista sobreendeudamiento y por sobre todo cuenten con liquidez al momento de entrar en operaciones.