No queda duda que la tienda de venta de carnes, recientemente abierta en la ciudad, quiso impactar con un nuevo estilo de publicidad, exhibiendo vallas de gran tamaño que mostraban a una fémina cuya parte del torso, que no cubría su camiseta BVD, así como sus manos, lucían embadurnadas de sangre, sosteniendo estas una “pieza” grande de carne cruda; y, en notorias letras, la frase: “Tenemos el mismo sabor”.
El resultado de su propósito revela algunos errores: ausencia de creatividad para concebir una publicidad sana; irrespeto total a la imagen de la mujer; actitud anárquica al soslayar la autorización oficial correspondiente; denigrar la imagen de la ciudad y sus habitantes; etc.
Esta clase de agresiones –involuntarias, se supone- va en contra del esfuerzo permanente de la sociedad lojana por mantener y/o mejorar su nivel cultural; más aún si la corriente en el mundo civilizado es evolucionar hacia un mejor comportamiento y respeto mutuo, buscando como objetivo mayor: la armonía y la solidaridad.
Es un desacierto que se cometió. Enmendarlo, con una nueva publicidad que hable de la buena calidad del producto y de la asepsia en todo su proceso, que se inicia desde la adecuada alimentación de los animales hasta su “faenamiento” y comercialización, sería noble y plausible.
Con esta oportunidad, auguro el mejor de los éxitos a la empresa que lleva adelante este negocio, con modernas instalaciones y magnífica presentación de sus productos. Loja necesita esta clase de aportes.