Muy emotivas fueron las celebraciones que tuvieron lugar con motivo de los 482 años de la culminación del proceso fundacional de la Ciudad de Guayaquil: Colocación de ofrendas florales en homenaje al fundador de la Ciudad, sesión solemne con la presencia de Autoridades Nacionales y Seccionales, eventos artísticos; festivales de juegos populares; así como ferias gastronómicas y artesanales.
Pero el desfile estudiantil, , sin temor a equivocarnos; fue el acto que marcó gran importancia en estas festividades.
En ellos, la juventud hizo extensivo su homenaje a la urbe y exteriorizó el amor que siente por ella: Por esta razón el título que promocionaba dichos actos, hacía referencia al tributo que la Juventud Estudiosa le rendía a la ciudad, con ocasión de su efeméride Juliana.
Durante el desarrollo del desfile, llamó la atención una situación que fue en exceso notoria: Primaron los bailes, danzas y fanfarrias tipo zamba ejecutados por los estudiantes de los planteles que participaron en el mismo; sin que se observarse en ningún momento la gallardía, sobriedad y marcialidad Cívico – Patriótica que se debe primar en un homenaje a la Ciudad, con motivo de la conmemoración de la fecha de culminación de su proceso fundacional.