El papa Francisco ha mostrado durante el ejercicio de su benigno y alto cargo una inteligencia y un sentido espiritual y social que desborda lo conocido y motiva a un cambio humano de actitudes y logros de felices cercanías.
Lo confirmó con su última Encíclica “Fratelli Tutti” que tuve el honor de leer y compartir con muchos amigos.
¡Qué pensamientos¡, ¡qué propuestas tan unidas a la traducción de “todos familia”, es decir todos juntos apoyándose unos a otros con amplitud y afecto.
Pero naturalmente salieron las opiniones venidas de seudos periodistas y escritores, de varios países, que carecen por completo del concepto pensante y literario y se afanan más por aparecer, en sus contradicciones, como originales y entendidos en las problemáticas ciudadanas que afectan a todos los pueblos en donde existe necesidad y pobreza, y con sus opiniones baratas cerrar más las puertas a la unidad global.
Para escribir se necesita saber y pensar, y es lo que menos utilizaron todos los apartados de los elementos básicos de la dignidad personal, y el respeto a autoridades de la categoría de un jefe de la Iglesia Católica.
Yo les sugeriría que lean detalladamente la Encíclica, es corta, y si tienen la cualidad del reconocimiento de las fallas de ustedes en sus argumentos pidan excusas no al Santo Padre, sino a todos los cercanos a la religión Católica y otras religiones, a los que sus comentarios totalmente absurdos, ofendieron.