La ecuación teoría y práctica o la relación entre las dos es de importancia fundamental para el desarrollo de la formación profesional, por ello, el Trabajo Práctico Vacacional (TPV), es la denominación dada a la actividad social y práctica del estudiante, mediante la cual se relaciona con la naturaleza y la empresa para contribuir en la producción de bienes y servicios durante el periodo vacacional.
El TPV es otra actividad curricular del plantel, que se lo realizaba previo convenio o carta de entendimiento con instituciones y empresas estatales y privadas, vinculadas con el desarrollo agropecuario de la zona y del país.
El TPV, según las experiencias obtenidas en los años de su aplicación (1994-2018) en el Colegio Técnico Agropecuario Eduardo Salazar Gómez, de Pifo, ha demostrado su importancia, especialmente por el cumplimiento de los siguientes objetivos: vincular la teoría con la práctica; familiarizar al estudiante con la realidad del trabajo en el campo; facilitar al estudiante, su fuente de trabajo, de acuerdo con sus capacidades, habilidades y destrezas; auscultar los requerimientos y el nivel de preparación que necesita el estudiante para satisfacer las exigencias de las empresas.
Consideramos y consideraremos a estas instituciones y empresas como actores privilegiados dentro del quehacer educativo del plantel.
Creemos y siempre estaremos convencidos que las empresas pueden hacer mucho por el avance y fortalecimiento de la educación técnica, sin afectar sus justos intereses, contribuyendo especialmente a la capacitación del recurso humano, en un proyecto de cooperación interinstitucional, con visión social y ayudando a construir un futuro mejor para todos.
Las instituciones y empresas que participaron en los diferentes ciclos de este importante proyecto se ubican en Quito, Tumbaco, Pifo, Puembo, Tababela, Checa, Quinche, aplicando las funciones del proceso administrativo, esto es planificar, organizar, ejecutar y evaluar. Se hace necesario e indispensable retomar estas valiosas experiencias realizadas.
Del otro lado en cambio, es vital dar la debida importancia a la Educación Técnica. Es necesario crear, fortalecer y potenciar a los Colegios Técnicos Agropecuarios del país.
Es prioritario formar buenos docentes técnicos, con vocación, luego seleccionarlos y capacitarlos, mejorar su infraestructura, ampliando y optimizando sus laboratorios, equipos, instalaciones, tierra para cultivos agrícolas, insumos agropecuarios: semillas, abonos, pesticidas, fertilizantes, medicina, riego, aperos de labranza, maquinaria agrícola, etc.
Esperamos que en el Plan Nacional de Educación y Formación Técnico Profesional, presentado por el Gobierno a la Asamblea se contemplen estos asuntos.
El señor Presidente de la República, los ministerios de Educación, Agricultura, de la Producción, de Trabajo, Senescyt, Empresa Pública y Privada, tienen la palabra.
Hoy es tiempo de siembra, mañana esperaremos la cosecha.