Quiero, en primer lugar agradecer por el interés que demuestra EL COMERCIO por los derechos humanos. Quiero reiterar que la promoción y protección de los derechos humanos es la obligación legal que manda la Constitución del Ecuador en la cual estamos todos comprometidos.
Me refiero al Editorial del Diario EL COMERCIO del 8 de julio, titulado “VOTOS ECUATORIANOS EN LA ONU”.
Dicho editorial deja entrever que el Ecuador votó en contra de la Resolución de Bielorrusia en el Consejo de Derechos Humanos, por la visita del Presidente ese país.
Al respecto me permito señalar lo siguiente:
No es la primera vez que la resolución sobre Bielorrusia aparece en el marco del Consejo de Derechos Humanos. De hecho, el Ecuador votó en contra de la Resolución sobre Bielorrusia en junio de 2011, durante la 17 Reunión Ordinaria del Consejo de Derechos Humanos y no a raíz de la visita del presidente Lukashenko, como se sugiere en su editorial. Es más, la resolución fue resucitada por los países europeos de la anterior Comisión de Derechos Humanos, órgano que fue sustituido en el 2006 por el actual Consejo de Derechos Humanos, por haber caído en el descrédito y la politización, pues imperaba en sus decisiones y resoluciones el doble rasero y un trato discriminatorio, selectivo y casi obsesivo, con los países en desarrollo, mientras las violaciones de derechos humanos de los países desarrollados eran ignoradas, como está ocurriendo ahora.
La Resolución sobre Bielorrusia, que fue aprobada el 5 de julio, no goza del consenso entre los países miembros del Consejo de Derechos Humanos, pues como su editorial bien lo señala, solamente 22 países votaron a favor, mientras 25 países votaron ya sea en contra o se abstuvieron, como es el caso de México, Guatemala y Uruguay de nuestra región.
Entre las razones manifestadas por muchos de los países para abstenerse o votar en contra de la Resolución se señalan las siguientes:
A. Politización del Consejo de Derechos Humanos, en donde las potencias continúan en sus confrontaciones y rivalidades geopolíticas, agendas en las que están ausentes los derechos humanos.
B. La colaboración mostrada por las autoridades de Bielorrusia con los mecanismos de Naciones Unidas. Se señala, por ejemplo, que Bielorrusia invitó a la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas a visitar ese país, como muestra de su deseo de cooperación y su apertura con los mecanismos de Naciones Unidas.
Cabe mencionar que el Ecuador ha privilegiado siempre la idea de la cooperación con los Estados para mejorar la situación interna de derechos humanos, en lugar de imposiciones que muchas veces resultan contraproducentes y hasta negativas. Desde esta perspectiva se reducen las posibilidades de un enfoque selectivo y politizado en las decisiones y resoluciones del Consejo, como las que desacreditaron y llevaron al hundimiento de la anterior Comisión de Derechos Humanos.
Por último, me permito señalar que el Ecuador apoyó 19 resoluciones por consenso, en cuya elaboración participó y a la mayoría de las cuales co-auspició.
Se votaron cinco resoluciones: el Ecuador votó a favor de cuatro de ellas, que se refieren a: 1. la situación en Siria; 2. la promoción de la Paz; 3. los derechos humanos y la deuda externa; 4. los derechos culturales. Votó en contra de la resolución sobre Bielorrusia que considero fue una derrota para los países proponentes, por las razones expuestas.
El Ecuador acaba de asumir la coordinación del Grupo Latinoamericano y del Caribe sobre Derechos Humanos en Ginebra por un año, como testimonio del reconocimiento de su política en este contexto. Al mismo tiempo, es coordinador del Grulac en la Acnur, Vicepresidente y futuro Presidente del G-77 y China/Unctad, miembro del Consejo Ejecutivo de la OMS y también de la OIM, como muy gentilmente informó su medio. Estas dignidades son un testimonio del respeto al Ecuador en el sistema de Naciones Unidas.