Emaseo ha descuidado el servicio de recolección de basura en el centro norte de Quito en la semana que terminó este 28 de julio de 2018. La noticia no concierne únicamente al sector centro norte sino que se presume que a toda la ciudad. Y se asume o podría asumirse que también afecta a todo el Distrito Metropolitano.
La Gerencia de la empresa ha presentado un solución a este problema de recolección que consistiría en el alquiler de una flota de recolectores a una empresa española. Ante la solución posible, se levantan los reclamos de quienes laboran en la Empresa que se encarga de la limpieza de la ciudad: Emaseo. Es bueno recordar que el Municipio mantenía un taller mecánico automotor (que no automotriz) en el cual se llevaban a cabo los mantenimientos y reparaciones de los camiones recolectores que lo requerían, hasta cuando se conformó la Empresa Municipal de Aseo. Algo pasó en el camino que logró desarticular la organización existente, hasta la presente fecha en que, con sorpresa y mucho desagrado, hemos recibido la noticia de su Gerente en el sentido de que en los patios municipales reposan esqueletos de camiones y chatarra que son como el sobrante de una flota que un día fue. Al parecer los alcaldes y concejales que “sirvieron” a Quito perdieron de vista que la recolección de los desechos sólidos en la ciudad, así como la disposición de los mismos, debían ser manejadas con criterio empresarial, y una vez que se formaron las empresas municipales de aseo (Emaseo) y de gestión integral de desechos sólidos (Emgirs) éstas debían estar gestionadas por profesionales que conozcan la materia y tengan experiencia en el manejo de las mismas y no estén sujetas a criterios políticos ni partidistas.
Especialmente tratándose de empresas que afrontan la parte más crítica del crecimiento de la urbe y a las que se debe dar un tratamiento especial. No puede ser aceptado por nadie que las Empresas que constituyen la insignia de la Municipalidad, por el carácter mismo de su esencia, se vean tratadas como algunas de las empresas públicas que el Estado propició y que, en lugar de dar servicios, dan lástima. Se debería formar Sociedades Anónimas en las que el Municipio tenga mayoría en su conformación, que estén manejadas técnicamente por personas con espíritu de servicio a la empresa y sus fines que, al final, redundará en el buen servicio a la ciudad.