Digna la carta abierta del señor Alberto Molina Flores, quien afirma haber sido Comandante del actual Jefe del Ejército General Luis Castro, cuya “arenga a las tropas” hace referencia, destacando el papel que en democracia vienen cumpliendo las Fuerzas Armadas y al deber que deben cumplir con motivo de la próxima justa electoral en que elegiremos a nuestros Mandatarios y legisladores.
Realmente no creo que nuestro país o nuestra democracia vivan “tiempos difíciles”, como sí los vivimos en múltiples ocasiones cuando la democracia fue pisoteada al revés y al derecho por militares y por civiles; al contrario, la estabilidad y madurez política que ha alcanzado nuestro país, más allá de que nos guste o nos disguste el actual gobierno, debemos reconocerla y respaldarla justamente a través del poder del voto expresado por el pueblo en las urnas, derecho que ahora también lo ejercen militares y policías.
Las Fuerzas Armadas, a una de cuyas ramas representa dignamente el señor Gral. Castro, a decir de sus expresiones, de ninguna manera permitirán que se incurra en incorrecciones en el evento electoral, siendo su obligación constitucional la de “proteger derechos, libertades y garantías de los ciudadanos”, así como, ser obedientes “con estricta sujeción al poder civil y a la Constitución” (Arts. 158 y 159 CRE). Las Fuerzas Armadas ya no son “árbitro”, ni se deben al Estado, sino al pueblo, cuya decisión deberá respetarse. La noble institución vigila y protege que el ejercicio del derecho del sufragio se cumpla con rigor.
Es de esperar que iguales actitudes demuestren cada uno de los candidatos y representantes de grupos políticos, para aceptar con dignidad, altura y respeto lo que el soberano decida, les guste o no.