Como quiteño de tres generaciones me alegro cuando veo progresar a mi ciudad y me duelo cuando la veo descuidada y maltratada. Ahora que se avecinan elecciones doy mi opinión sobre qué es lo que esperaría, a mi juicio naturalmente, del Alcalde electo para este nuevo período. Sin considerar nombres de candidatos, el plan de trabajo debería contemplar la continuidad y mejora de las obras positivas del actual período, entre otras, los bulevares, el metro con los ajustes técnicos y económicos que sean necesarios, la terminación de las vías de acceso a Tababela, el cuidado de los parques y jardines, la repavimentación de las vías principales y ojalá algunas accesorias en toda la ciudad, pero también la enmienda de proyectos poco planificados que no dieron resultado como el caso de las ciclovías, que lo único que consiguieron fue dañar la ciudad y agravar el tránsito al achicar las calles; la solución a problemas que no han sido abordados en este período, entre otros, la suciedad de las calles convertidas en letrinas de las mascotas, las paredes rayadas con símbolos y firmas que alertan sobre algún problema psicológico grave del autor, la indisciplina y el maltrato que aún persiste en el servicio público de transporte, el caos vehicular, los asaltos y robos en cualquier sitio y la falta de proporcionalidad en las sanciones económicas que nos aplica el Municipio. Una medida acertada sería dedicar una parte del personal de la Policía Metropolitana para operativos de control en la aplicación de las ordenanzas sobre mascotas y grafitis, en lugar de pasar contando los minutos para perseguir y multar a los automovilistas que se pasan de la hora en las zonas azules o en el horario del pico y placa. El candidato que ofrezca solucionar estos problemas y tenga credibilidad, tendrá mi voto.