Cuando los elefantes pelean, la hierba sufre

Este proverbio de autoría congoleña supera al supuesto de paquidermos en una contienda, obligando a llevar esa situación a la vida cotidiana. Desde el citadino de a pie hasta el campesino sacrificado, sale todos los días a buscar el sustento, ajeno a la situación de las élites y preocupaciones del poder que, en vez de pasto, ven una masa y un número que sumar o restar. ¿Qué oportunidad tendría un humilde césped frente a muchos kilos vibrantes de fuerza?, pues ninguna, solamente sentirían los combates y la fuerza que implican tales masas. Al final, luego de la pelea de titanes las plantas quedan destrozadas, sin haber pedido ser parte de tan magno suceso, sin tomar partido por los contrincantes, y sin saber cuándo volverá semejante hecatombe. Lo triste de esto es que la hierba es comparable con una multitud, pero que iracunda, es capaz de celebrar las más grandes gestas libertarias siendo esta su mayor diferencia; pues esas “simples” hierbas pueden multiplicarse, y el suelo que es donde están esas humildes plantas, han sentido el caer del elefante una vez vencido; soportando todo el peso sin discriminación por linaje ostentado.  

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