El candidato ideal

Para presidente de la República nuestro Ecuador, en esta grave etapa que atraviesa, necesita un verdadero estadista que sea: 1) Un ser humano maduro mentalmente, equilibrado y sin prejuicios; solo así podrá componer y unificar a nuestra sociedad, que se encuentra dividida, y enrumbarla hacia un objetivo común que es el desarrollo de los ecuatorianos; además porque deberá conseguir apoyo de todos los sectores para cambiar las leyes que no convienen para la buena marcha del país. 2) Un demócrata que haga efectiva la independencia de los Poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial; que reorganice a los Organismos de Control como son Contraloría, Fiscalía, CNE, etc., con el fin de que cada entidad cumpla sus funciones y se constituya de esa manera en garantía de eficiencia y honestidad, para que los actos de fiscalización, auditorías, etc., se realicen sin compadrazgos ni presiones de ningún tipo y así recuperen la credibilidad de la opinión pública; para que elimine la reelección indefinida porque eso no es propio de un estado democrático. 3) En lo económico que se despoje de fanatismos ideológicos y, situándose en los tiempos en que vivimos, sus esfuerzos estén dirigidos a crear las condiciones adecuadas para que la iniciativa privada sea el eje motor de la producción y no el estado, porque éste no es un buen empresario; que promueva y facilite las relaciones comerciales con el mundo atendiendo a las conveniencias de nuestros productos y productores, y no por fanatismos ideológicos; y, además, porque es imperativo que el estado dedique todos sus esfuerzos a cumplir con sus funciones de planificación, organización y control en el área social, de regulación entre los actores de las actividades productivas para evitar que los grupos hegemónicos hagan prevalecer sus intereses perjudicando a las clases menos favorecidas.

El reto es, o elegimos como ciudadanos conscientes e informados para salir de esta crisis, o nos hundimos dejándonos engañar por las demagógicas propuestas de continuar en esta inútil lucha entre pobres y ricos.  

Suplementos digitales