¿Quién habría predicho hace 100 años que las aulas de clases tendrían acceso a internet, pizarrones digitales, aulas virtuales? ¿Alguien imaginó en el siglo XX, que los estudiantes podrían teletransportarse de un lugar a otro y rendir un examen en una paradisiaca playa del Caribe o recibir clases a través del internet sin la presencia total del profesor? Es poco probable.
Según un reporte, Educational Technology Magazine tampoco había previsto estos avances pioneros. La idea es imaginar qué innovaciones tecnológicas esperarán los docentes y estudiantes que vayan a escuelas, colegios y universidades en el siglo XXII. Una de las predicciones más impactantes de los expertos, es un vistazo al sorprendente mundo de 2119.
La vida de los estudiantes en Marte, los recreos por la luna y las lecciones evaluados por profesores virtuales inteligentes o avatares. La sofisticación de los avances tecnológicos, sumada a la modificación de las tradicionales aulas de clases, hará posible situar instituciones educativas en medio de desiertos poco explorados y que antes eran inhabitables, de cualquier forma; ofrecerán recreación y novedad a los estudiantes.
En conclusión, la tecnología liberará tiempo para que estudiantes se centren en aprender más; y los docentes queden libres de calificar torres de papeles. Nos llena de expectativa saber que algunas tecnologías, que actualmente utilizamos en el aula de clases, está transformando la interacción humana en un mundo cada vez más centrado en la tecnología.