Para mí Ecuador ha sido siempre un país fuera de serie por su naturaleza, su extensión, montañas, ríos, valles, producción agrícola, elementos intelectuales, ciudades, pueblos; en fin, cientos de propiedades naturales más. Lamentablemente falla en su elemento esencial: la sociedad.
Al referirme a sociedad hablo por supuesto del ciudadano y su cultura, unidad, respeto, sentimientos nacionalistas, gobiernos apropiados y honestos, política abierta y pura. El complemento indispensable para que un país se destaque y extienda a los ojos del mundo una visión positiva.
Como una muestra de lo negativo menciono lo ocurrido en Octubre que destruyó al Ecuador con violencia y odio abierto sin sentido. ¿Cuándo antes se había tenido una experiencia así? Lo que es peor, ¿cuántos han sido sancionados por estos hechos?
No, nuestro país está de bajada acelerada a vista y paciencia de todos. Claro que hay excepciones. Algunos lectores que escriben Cartas de EL COMERCIO han expresado opiniones parecidas. Resalto la carta del 16 de enero de la señora Mónica Sandoval Boada. Una comunicación tan precisa, tan real, que nos hace sentir la esperanza de que sigan llegando opiniones así para que motiven y fortalezcan el deseo de superación de los miles de personas inactivos y tímidos que viven aquí.