Si usted tiene una carretilla de hamburguesa instalada en una esquina y vende 300 hamburguesas diarios requerirá de 2 empleados mínimo pero si la ventas bajan a 40 hamburguesas diarias deberán disminuir el personal y quedarse con un cajero-freidor poli funcional. Al Estado ecuatoriano le ocurre lo mismo: bajaron sus ingresos pero el tamaño de su estructura se mantiene con un peso salarial de nueve mil millones. La solución es fusionar instituciones públicas como CFN, Ban Ecuador, Banco Central, Banco del Estado etc. y convertirlo en un solo ente que se subdivida en unidades de gestión o negocios. Fusionar el Ministerio de Defensa con el Ministerio del Interior.
Los asambleístas que tienen exceso de asesores posiblemente no estén preparados para ejercer su función pública, así como se internacionaliza el precio del combustible igual debe suceder con el precio de los vehículos, eliminar las barreras arancelaria para que los vehículos bajen a su valor real.
El ecuatoriano deberá entender que se necesita cortar un dedo para salvar la mano. Ese dedo significa el tamaño del Estado, corrupción, la impunidad que está enquistada.
Al sector de transportación pública se le deberá compensar en bonos o cupos para compra de llantas, repuestos o partes y piezas libre de impuestos.
En el combate de la delincuencia organizada se debe proteger la identidad de jueces y fiscales para que no sean amenazados o presionados por los mismos delincuentes o familiares.
Para los abogados que están inmersos en actos de corrupción o de falta de ética profesional se le debe suspender su título por mala práctica profesional así como ocurre con los malos galenos.
El ecuatoriano debe evitar escoger con ligereza a sus autoridades ya que se condena a repetir la historia.
Un delincuente que tenga 35 años de edad y 51 detenciones previas es un claro ejemplo de que la Policía ha cumplido pero el sistema judicial es estéril ante el crimen.