No es jactancia, pero nos estamos convirtiendo en productores de campeones mundialistas. El carchense Richard Carapaz demostró que todo ecuatoriano es capaz de ser el mejor del mundo; nos enseñó que “si vas con calma, las cosas salen bien”.
Carapaz, inteligente, no temió a nada ni a nadie; aceleraba progresivamente su bicicleta y en cada esfuerzo dejaba el alma, se le iban las fuerzas, pero seguía ahí, pegado a su caballito de dos ruedas, cuanto más aceleraba más nerviosos ponía a sus contrincantes, no se amilanó. El demoledor Carapaz sabía que tenía que ser campeón mundial, fue un pedaleo, fueron dos, fueron tres; fue Richard, Piernas de acero, Carapaz, flotando sobre el asfalto que se coronó campeón del Giro de Italia 2019.
Carapaz se suma a la lista de nuestros campeones mundiales: Pancho Segura, campeón mundial de tenis en 1950, 1951 y 1957; Alberto Spencer, campeón mundial de las Copas Intercontinentales de Fútbol jugando por Peñarol de Uruguay en 1961 y 1966; José Cedeño, campeón mundial de taekondo en 1982; Andrés Gómez, campeón del Roland Garros (tenis) en 1990; Jefferson Pérez, campeón mundial junior de marcha en 1993, campeón de mayores en 2003, 2005 y 2007; Carla Serrano, campeona mundial amateur de ajedrez en 2015; Angie Avegno, campeona mundial de canotaje en 2015; Jorge Bolaños, campeón mundial de patinaje de velocidad en 2015; Glenda Morejón, campeona mundial juvenil de marcha en 2017.