Avancemos juntos

Si observamos el avance de la obra pública en los últimos años, ha sido importante. Esto no quiere decir que las desigualdades económicas se han acortado. Siempre existirán los dueños del capital y los que trabajan la propiedad privada, es lógico; mientras esto suceda siempre existirá una desigual distribución de la riqueza; es decir, siempre habrá ricos y pobres. Negar esto es querer ocultar un hecho que es claro.

Entonces, mientras existan inequidades, desigualdades y exclusión, habrá por qué luchar, habrá el discurso, habrá los que comen... y los que comen pan. Entonces, hablar de cambios que hagan variar este panorama, imposible. Lo que puede suceder es que la brecha puede disminuir, nada más, que los índices de pobreza disminuyan; pero que la pobreza desaparezca, imposible. Afirmar esto es engañar a un pueblo, que siempre tendrá necesidades insatisfechas.

El pobre estará en esa situación, si no se le brinda la oportunidad de progresar, a través de la educación, una salud bien dirigida y transparente, leyes que se cumplan; en fin, que se gobierne para los pobres y también para los que no lo son; es decir, para todos. Construyamos, unidos, un país en que todos rememos hacia un mismo lado, en que nos respetemos, en país en que demos valor al criterio ajeno. Solamente así podemos, por lo menos, tratar de salir de la pobreza espiritual.  

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