La ausencia del Gobierno en las pequeñas decisiones del Estado, excepto aquellas que favorecen a los grandes grupos de poder, es casi absoluta. No hay otra explicación para que en la mayoría de instituciones de nivel medio y bajo, sus directivos hayan adoptado, hasta para los trámites más simples, una serie de pasos burocráticos, que además de hacer perder el tiempo a los usuarios, violentan nuestros derechos ciudadanos.
Me referiré al trámite de renovación de licencias y todos los pasos de ida y vuelta que lo convierten en un proceso de tiempo indefinido. Esto sucede porque ahora ya no basta con acudir directamente a la Agencia Nacional de Tránsito o dirigirse a Aneta. Ahora es menester acercarse y hacer colas interminables en el Banco del Pacífico para que allí, en lugar de hacer el cobro de manera ágil, le informen al ciudadano que primero debe generar una orden de pago por internet, lo cual para la mayoría de usuarios representará una complicación y un gasto adicional innecesario. Pero como si fuera poco, y para ponerle la cereza al pastel, resulta que ahora el esfuerzo y tiempo gastados en este trámite no rinden frutos pues resulta que en lapágina web de la Agencia Nacional de Tránsito no hay sistema, y esto ocurre desde hace varias semanas, en esta y en otras entidades como el Registro Civil, donde uno puede ver a los funcionarios públicos comiendo cebichocho en las tienditas de enfrente porque sin sistema no pueden trabajar y mientras tanto las filas de usuarios crecen. Volviendo, la Agencia de Tránsito, no cabe en la cabeza que implementar un sistema informático para agilizar los trámites, resulte en lo contrario.
¿Hasta cuándo? Es la pregunta que me hago y hago a los lectores porque entre estas pequeñas experiencias mías y las de ustedes en lo que va de estos dos años, tenemos evidencia de la ausencia del gobierno en la administración del Estado.