Pensar que el planeta pierda sus recursos nos estremece, y ante aquello cualquier política ecológica compromete a todos los ciudadanos del mundo, protestar por los impuestos a los automóviles, plásticos, licores y cigarrillos no tiene mayor trascendencia pues irónicamente en nuestro país es en donde más autos 4×4 y de lujo he visto y en la mayoría de casos no es necesidad sino gusto, diría que la gente se endeuda desatendiendo prioridades y sigue llenando un parque automotor saturado, entonces el cilindraje y una variable más por contaminar el ambiente serán el imponderable para tributar; en cuanto a plásticos es angustiante saber que estamos llenos de botellas, recipientes no retornables y fundas que siguen acumulándose ante nuestra mirada indiferente, ¡ basta! es hora de usar los bolsitos de tela y ocupar envases retornables como lo hacían nuestros ancestros.
Además, debemos reciclar nuestra basura; que decir del tabaquismo, vicio inútil y si una medida ayuda a disminuir enfermedades pulmonares, cáncer y muerte por consumo de cigarrillos será digna de acoger. El alcoholismo, problema social enraizado causante de tantas tragedias y que involucra a un alto porcentaje de jóvenes y adultos por la absurda costumbre de “chupar”: ¡que les cueste!; los dueños de bares, discotecas y licorerías se quejan de pérdidas económicas, les sugiero que vendan tripa mishqui, alimento bueno para el estómago, entonces ahí sí, bríndese otra compadre.