El Ecuador requiere para su desarrollo enfocarse en tres ejes: la honestidad, la matriz productiva y la institucionalidad. La sociedad debe comprender que el poder únicamente tiene sentido y se convierte en virtud cuando está al servicio de los demás; por ende la honestidad debe ser el principio que guíe todas las actuaciones públicas. La economía se ha sustentado históricamente en la explotación de recursos naturales lo cual ha impedido que las fuerzas productivas sean más competitivas en el sistema económico mundial. Para superar este modelo primario-exportador se deben utilizar los recursos como palanca de transformación de la matriz productiva y la realización de una asociación estratégica entre los sectores público y privado. Finalmente, la inestabilidad institucional que ha permitido que la corrupción carcoma el sistema democrático, únicamente puede ser superada mediante la construcción de instituciones políticas eficientes, independientes y arraigadas en la población.