El Dr. Fabián Guarderas Jijón en el Comercio del sábado 21 de enero de 2017, escribe “Injusticia con el Dr. López” y repudia la forma en que se juzgó a su amigo y compañero Dr. Carlos López, de quien dice es distinguido y prestigioso, al que la justicia lo encontró culpable por haber acudido a tratar de salvar una vida. Más adelante dice que tenemos un ente inquisidor esperando para castigar, dice además que este ente debe hacerlo luego de un proceso judicial limpio con quienes cometen errores, o incursionan en campos hace tiempo estudiados en la Facultad de Medicina y no actualizados ni practicados con honestidad.
Lo expresado trae a mi mente lo ocurrido en el 2012 con la Sra. Sonia García Carvajal, a quien en Gastromed le quitaron la vida; esa misma justicia, falló a favor de los galenos que provocaron el deceso, dejando un dolor inmenso e impotencia en los familiares de una mujer trabajadora y distinguida.
En el caso del Dr. López, entreveo que lo que hizo ante una situación emergente es actuar y procurar cumplir con su deber. En el caso de la Sra. García es evidente que hubo incompetencia médica, irresponsabilidad, falta de profesionalismo y el ánimo protervo de llenarse los bolsillos de plata.
Por lo tanto, es imprescindible extirpar de raíz los médicos que denigran a la clase médica; es urgente que el país cuente con profesionales del derecho honestos que impartan justicia, ese debe ser su credo.
Si el Dr. López actuó apegado al juramento de Hipócrates, su conciencia le va a permitir estar en paz y la situación por la que atraviesa será simplemente una prueba a sortear. Los otros si es que tienen conciencia, lo deben estar pasando muy mal, ya que son tan pobres, pero tan pobres, que lo único que tienen es plata. Si la justicia no sabe a dónde mismo apunta, Dios si lo sabe y con él no se juega.