Por generación espontánea asomaron de la noche a la mañana defensores de la ecología y en especial de la explotación del Yasuní. Si la pregunta en el referéndum como plantean estos ilustres ciudadanos, por supuesto pediremos no extraer el petróleo, pero no olvidemos la siempre inoportuna viveza criolla, “quedar bien con todos”, exigir todo a cambio de nada, ningún sacrificio ni aporte, es algo parecido al aporte entre los amigos, el “caretuco” se quedaba dormido y era el que más consumía.
En este tema todos, absolutamente todos los habitantes del Ecuador estamos comprometidos en salvar la biodiversidad del Yasuní, es un mensaje al mundo entero, tenemos que aceptar la eliminación de los subsidios, la reducción del gasto militar, aminorar la burocracia, la suspensión inmediata de la importación y producción de vehículos, el control de la minería, un plan coherente de desarrollo turístico y muchas otras decisiones que conduzcan a pagar la deuda social, mejorar el estilo de vida o mejor dicho el “buen vivir”.
El deterioro del medio es aberrante, incontrolable, hagamos del Ecuador, el ícono de la representación del interés comunitario, dejemos de ser egoístas, no pintar paredes, no politizar este tema, seamos patriotas, amemos la naturaleza, los eslóganes del rugido del jaguar que nos llegue al corazón, el gorjeo de la aves endulcen nuestros sentimientos y otros romanticismos no nos conduce a nada, solo es el cambio de actitud y el compromiso moral de salvar esa maravillosa naturaleza.