Don Evaristo… un personaje tan ecuatoriano, carismático y muy bien representado por el connotado artista Édgar Cevallos Rosales, se ha visto hoy empañado; pues, se está tratando de sustituirlo por otra figura completamente ajena a nuestra tradición y buen gusto.
No es posible, compatriotas, que esto ocurra en nuestro país, dado que la simpática caricatura de este personaje ha sido y es ampliamente reconocida por propios y extraños, incluyendo nuestros niños, que se deleitan con esta figura y este rostro tan sutilmente graficado por este ingenioso y hábil caballero. Si en verdad estamos tratando de conservar nuestra identidad y nuestras legendarias raíces, tratemos de ser coherentes con lo que decimos y no nos dejemos llevar por otras motivaciones ajenas y distorsionadas; sigamos pues conservando algo que, por tantos años, ha venido a constituirse en orgulloso patrimonio de los ecuatorianos.
Dejemos de lado las trivialidades y dediquemos nuestros esfuerzos y nuestro tiempo a hacer cosas más importantes, trascendentes y productivas en beneficio de la colectividad.