Así era conocido mi papá, el doctor Luis Granja Mena. Emprendió hace un par de días su más largo viaje, el de regreso; pero eso sí, dejando este mundo un poquito mejor de cómo lo encontró el 18 de noviembre de 1930. Honró profunda e incondicionalmente su profesión de médico cirujano e hizo del servicio a los demás su consigna.
Jubilado desde hace algunos años luego de una vida de dedicación a lo que le apasionó ya sea desde la cátedra, desde la sala de cirugía, la dirección hospitalaria, médica o académica, y la consulta privada, pasaba sus días en tranquilidad. Fue un referente de la cirugía a nivel nacional y salvó vidas. Las cuidó con total dedicación. Descanse en paz papá, doctor Luchito.