Desde hace algún tiempo se escucha de la pretendida jubilación especial para la mujer, por su doble rol. Para efectos de jubilación, la actual Ley de Seguridad Social mantiene una grave inconstitucionalidad al discriminar a los afiliados por su edad. Ahora, se pretende añadir también su género.
La propuesta parece suponer que cuando la mujer trabajadora al regresar a casa continúa con sus responsabilidades el hombre, por su parte, se dedica al ocio o vicio. Se puntualiza que tal planteamiento sería resultado de un estudio. El objetivo de este comentario no es polemizar con él, pero rechazo enfáticamente esa visión de la familia ecuatoriana. Probablemente es una realidad que puede afectar a cuantos hogares disfuncionales pueden existir. Sin embargo, por suerte y desde hace mucho tiempo esa situación va cambiando, mujeres y hombres compartimos responsabilidades en las cuales nos empleamos 24 horas del día, cada uno. Por ello, de ser ese fenómeno atípico el fundamento para tal proyecto prejuicioso y retrógrado, lo único que lograría es alentar una actitud inaceptable del género masculino que, al igual que su compañera , debe cumplir no solo un doble sino múltiples roles de índole laboral, doméstico y social, vitales para la familia.