Ir al estadio de un barrio de Quito o en alguna parroquia rural para ver jugar el fútbol a las mujeres es un gran espectáculo, pues ellas ponen toda la fuerza y corazón durante todo el tiempo que dura el partido, hasta conseguir el triunfo. Comparando el juego de las mujeres con el de los hombres, ellas brindan más emoción y coraje que ellos.
Sin embargo, los premios que se reparte en la Copa Libertadores de América el club de mujeres que queda campeón solo reciben 35 000 dólares, mientras que el club de los hombres recibe alrededor de 5 millones de dólares. No entiendo por qué si tanto hombres y mujeres realizan el mismo esfuerzo no reciban los mismos premios. Esta es otra demostración de que la discriminación a las mujeres persiste, a pesar de todas las campañas que se realizan para que ésta desaparezca.
Inés Alicia Proaño Brito