¿Ahora podremos dormir tranquilos! Nuestros líderes ya cuentan con el Servicio de Protección Civil. Serán los superhombres de traje oscuro y gafas, fornidos, armados y entrenados, quienes enfrentarán a cualquiera que se atreva a hacer una mueca con asomo de rebeldía, o a mostrar la punta de su afilada lengua, para enderezarlos con la verde vara de la justicia del siglo XXI.
Los contratados deberán estar dispuestos a ofrendar sus vidas para precautelar la inmortalidad de sus principales.
Además, deberán contar con un búnker anti-misiles muy bien resguardado, blindar sus autos, colocar cercas con alambre de púas, luces enceguecedoras, usar gases paralizantes, chalecos antibalas y traer del reino animal a indomables bestias para que los protejan de cualquier irracional ataque.
Nuestra élite encumbrada deberá permanecer alejada del común de los cristianos por el peligro de contaminación viral o racial, o por si acaso algún atolondrado canijo ose ofrendar una yuca o pretenda, con algarabía, mostrarles la longitud del tercer dedo de su mano diestra, en señal de escasa reverencia al mayestático señorío.
Procuraremos cuidar sus valiosas vidas, la de sus esposas, padres, hermanos, tíos, hijos, nietos, agnados y cognados, mismas que deberán ser resguardadas con celo, para beneficio de la patria grande y de las mil generaciones futuras.