DIÁLOGO ABIERTO
La comunicación personal es una de las mejores formas para acercarse, conocer, proponer, crear... El diálogo tiene innumerables facetas que permiten mantener o cambiar las ideas, fortalecer conocimientos, elevar la moral y la espiritualidad.
Me gustaría proponer, particularmente a las altas autoridades: Presidente, ministros, Alcalde, Arzobispo, sacerdotes párrocos, etc., que abran una línea directa telefónica y durante cinco minutos conversen con ciudadanos, al azar, sobre sus opiniones, recomendaciones o críticas del desarrollo de sus actividades.
El resultado puede ampliar criterios, generar propuestas positivas y lo que es mejor: propiciar un acercamiento entre las magistraturas y el simple ciudadano que nunca ha esperado el honor de conversar con éstas.