Y llegó el día, el día de la discapacidad; como cada año, instituciones, políticos y demás responsables hacen su papel guionizado con el fin de visibilizar, sensibilizar, acerca de las personas con diversidad funcional, y priorizando desde hace unos años, tan solo, en nuestro objetivo último y necesario: la inclusión, pero no como una simple respuesta a una imperiosa necesidad sino, más bien, como un giro en nuestros cerebros, tratando de que se convierta en un modo de vida en sí mismo.
Quiero hablar de “Los Olvidados”, no los de Buñuel, pero sí de los que soportan un gran peso cada día y noche, y que con su empeño y trabajo restan responsabilidades a nuestros gobiernos, sobre todo en los casos de discapacidades más severas y dependientes. “Los cuidadores”… los familiares, los que siempre están, los que no pueden permitirse decaer… para los que no existe tregua. En ellos, el concepto tiempo no existe de la misma forma que para el resto, porque sus tiempos vienen marcados por el tiempo de la persona con discapacidad.