Con este título, el 2 de julio, en Cartas a los Lectores, alguien que se autotitula “devoto cristiano” manifiesta su asombro por el “despilfarro” de 60 000 dólares en la construcción de una Capilla de la Adoración… Qué pena, seguramente este señor no sabe que a estos sitios es a los que muchísimas personas acuden en busca de sanación y alivio para los males del alma que son a veces los causantes de los males del cuerpo.
Estas modestas capillitas, no de 5 estrellas como el mencionado señor lo dice, están abiertas las 24 horas del día para recibir a toda persona que necesite le atienda su Dios, el ‘médico’ más maravilloso, junto con su Madre Santísima, sin que le cueste un centavo.
Yo se que se puede orar en todas partes, que el trabajo es oración, que el juego y la fiesta sana es oración, que se puede orar en la casa, en la choza, en la calle, en el campo o en el sitio de trabajo, pero la casa del Padre Dios es la iglesia, si se desea un encuentro personal y más intimo con Él, y que bueno que existan estos lugares, donde podamos ir a cualquier hora, porque las puertas estarán abiertas para todos, día y noche.