Está claro que la oposición debe desmantelar el escenario que nos ha abrumado durante mucho tiempo en el caso de que triunfe en las próximas elecciones. Los abusos de parte de un híper presidencialismo nacido supuestamente de la necesidad de cambiarlo todo y sin miramientos, marca el escenario que vivimos desde la aprobación de la Constitución en 2008.
Pero esto no se hubiera dado de haberlo permitido los ciudadanos. Pocos son los que se manifestaron abiertamente en contra del sistema político que se implementaba de a poco para acabar con la división política de los poderes independientes; el control a los medios de comunicación independientes; la justicia al servicio del poder ejecutivo y dedicada a perseguir a aquellos que se manifestaban en contra del sistema implementado; un poder legislativo sin voz y con mucho voto a favor del ejecutivo; una Corte Constitucional adormecida a los recursos jurídicos presentados por ciudadanos y atenta a las presentadas por el ejecutivo o el legislativo; el CNE defendiendo al movimiento AP y trabajando con él y que decir de ese mamotreto inoperante que se convirtió el famoso quinto poder con respecto a los derechos de la ciudadanía a reclamar el abuso del poder.