El deslave del Pichincha en el barrio Osorio

El Pichincha, nuestro gran coloso que decora a Quito, no siempre es amigable. La semana pasada, una creciente de agua y lodo bajó por una de sus quebradas, antiguamente de Las Aguas o San Lorenzo y no pudo seguir por su recorrido natural. El agua de tanta lluvia, siguió su camino. Encontró más tierra, chatarra, materiales de construcción basura, chancheras, casuchas y cuartuchos.

Muchos basureros, por donde tuvo que arrastrarse para buscar una salida, sobre las calles con vehículos estacionados a cada lado, a los que arrastró; pues no habían sido retirados. Todos estos materiales, desde hace mucho tiempo, no se los limpió, pese a pedirlo por escrito varias veces.
Osorio barrio muy antiguo, no tiene oídos en el Municipio. Al otro lado, el barrio San Fernando, clama por un puente en la quebrada, nada se ha hecho. El barro, con todas sus inmundicias rodó y rodó, buscando en las vías un desfogue. Se metió a las casas y a los jardines, hasta que salió a la vía Occidental para correr por ella, enlodándolo todo. Hace más de 30 años cruzaba por su curso natural de la quebrada, e iba a morir en el aeropuerto. Hoy no puede más, reventó y perjudicó a muchos vecinos, siempre tiene que ser al pobre y viejo que no tiene como defenderse, que el Municipio no les ha dado nunca capacitación, ni infraestructura, ni orden ni aseo y deben vivir “a la buena de Dios”.
¿Alguna vez seremos civilizados y precavidos para que no suceda esto a nuestra gente?  

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